domingo, novembro 22, 2009

Yann Tiersen no es Amélie, gracias a dios

  Onte foi dia de concerto, o turno de Yann Tiersen, e nom decepcionou. Claro, suponho que dependeria do que se procurava. No meu caso, tinha bastante claro que Amélie foi há xa quinze anos, que se di pronto. Tiersen deve ter-o tamém muito claro xa que a sua proposta musical está muito mais preto de Mogwai, cando toca destilar enerxia, e atreveria-me a dizer que de Sigur Rós cando o intimismo quere aparecer -ainda que poucas vezes lhe derom espaço- que de aquela música de fantasia que o lançou à fama.
 Tiersen ganhou muito em seguridade, força, enerxia, textura e mesmo cando baixam os decibéis, o som é muito mais envolvente que o de aqueles dous soundtracks xa históricos (engado Good Bye Lenin!). O bretom move-se confiadamente pela escena, sabedor de que a sua música abonda pra demonstrar que evoluir é bom. Tamém axuda contar cuma banda segura, que dará o respaldo necessário sempre que faga falta, nom ser todo o tempo o centro da atençom tem que ser um grande alívio e os instrumentalistas que o acompanham merecem a nossa mirada detida.
  Claro, nom todo ia ir bem e, uma vez mais, o público foi pa-té-ti-co. Ademais da minha xente e da comida, o que mais boto de menos de México é a entrega da xente, que onte demonstrou uma vez mais que (case) nunca estará à altura num concerto. Malo tamém o som, algo que xa me dixeram de antemam, e mala a volta a casa, a pé, baixo uma dessas choivas típicas de Compostela.
  Ah, e case o esqueço, Matt Elliot, teloneiro e parte da agrupaçom de Tiersen, fixo-o muito bem, cum som caracterizado pelos ciclos, capas que se vam superponhendo uma sobre a outra, carregando cada vez mais a atmosfera até que parece que vai estoupar. Paga a pena nom quitar-lhe o olho de enriba.
  E pra aqueles nostálxicos de Amélie, dizer que a última cançom foi a única desse disco e, malas novas pra vós (e boas pra mim): Amélie conheceu a David Lynch, e mola.


  Ayer fue día de concierto, el turno de Yann Tiersen, y no decepcionó. Claro, supongo que dependería de lo que se buscaba. En mi caso, tenía bastante claro que Amélie fue hace ya quince años, que se dice pronto. Tiersen debe tenerlo también muy claro ya que su propuesta musical está mucho más cerca de Mogwai, cuando toca destilar energía, y me atrevería a decir que de Sigur Rós cuando el intimismo quiere aparecer -aunque pocas veces le dieron espacio- que de aquella música de fantasía que lo lanzó a la fama.
 Tiersen ganó mucho en seguridad, fuerza, energía, textura e incluso cuando bajan los decibeles, el sonido es mucho más envolvente que el de aquellos dos soundtracks ya históricos (añado Good Bye Lenin!). El bretón se mueve confiadamente por el escenario, sabedor de que su música es suficiente para demostrar que evolucionar es bueno. También ayuda contar con una banda segura, que dará el respaldo necesario siempre que haga falta, no ser todo el tiempo el centro de la atención tiene que ser un gran alivio y los instrumentalistas que lo acompañan merecen nuestra mirada detenida.
  Claro, no todo iba a ir bien y, una vez más, el público fue pa-té-ti-co. Además de mi gente y de la comida, lo que más echo de menos de México es la entrega de la gente, que ayer demostró una vez más que (casi) nunca estará a la altura en un concierto. Malo también el sonido, algo que ya me habían dicho de antemano, y mala la vuelta a casa, a pie, bajo una de esas lluvias típicas de Compostela.
  Ah, y casi lo olvido, Matt Elliot, telonero y parte de la agrupación de Tiersen, lo hizo muy bien, con un sonido caracterizado por los ciclos, capas que se van superponiendo una sobre la otra, cargando cada vez más la atmosfera hasta que parece que va a estallar. Vale la pena no quitarle la vista de arriba.
  Y para aquellos nostálgicos de Amélie, decir que la última canción fue la única de ese disco y, malas noticias para ustedes (y buenas para mí): Amélie conoció a David Lynch, y rifa.


2 comentários:

  1. vaya!, así que perdérmenlo aquí en barcelona no fue muy buena idea ¿verdad?.
    la entrega el los conciertos es tema tabu, parece que nos de vergüenza darlo todo... con la pasta que nos gastamos "deberían sacarnos del escenario a patadas"....

    ResponderExcluir
  2. Como dije, depende de lo que esperaras del concierto. Yo salí muy satisfecho, la verdad.
    En cuanto a la entrega, es raro, porque en cambio sí que la hay en otros espectáculos como el fútbol, pero en los conciertos hay una frialdad que asusta. Claro que yo lo veo externamente, comparándolo con México, pero bueno.
    ¡Saludos!

    ResponderExcluir